Janeth Gonzales Ramírez: Más unidos que nunca en cuarentena
- Juan Carlos Garay
- 20 sept 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 3 oct 2020
Cuando su hijo Nicolás de 4 años, se despertó con tos y fiebre el 10 de abril, Janeth hizo lo que pensó que era mejor. Habiéndose enterado de que algunos de los compañeros de su marido en la escuela de negocios habían estado en contacto cercano con un caso confirmado de COVID-19, decidió auto aislar a su familia en su apartamento en Argentina.
Tan solo seis días después de que los Gutiérrez decidieran aislar a su familia, Argentina entró en cierre total lo cual implicaba que solo se le permitía salir un adulto a la vez y únicamente por cosas esenciales como hacer compras de alimentos e ir a la farmacia. Salvo que fuera absolutamente necesario, como ir al hospital o al consultorio de un doctor, a los niños no se les permitía salir.
Con dos hijos menores, estar encerrados puede ser agotador y frustrante porque los niños no tienen una verdadera forma de descargar su energía, explicando cómo han pasado mucho de su tiempo en aislamiento.
Un aspecto difícil es que están en un apartamento interior rodeados por edificios de apartamentos, así que no tenían vista a la calle o a los árboles y eso es difícil. Se sintieron aún más aislada porque, la mayor parte del tiempo, no tenían idea de lo que ocurre afuera.
Sin poder llevar a cabo las actividades normales para aliviar el estrés, tales como ir a caminar o salir para pasar tiempo con amigos en el parque, en verdad no ha habido un momento para descomprimir.
Su tiempo de mirar pantallas ha aumentado mucho, pero sus niños son resistentes y creativos ver lo que se les ocurría cuando están aburridos. Suelen montar sus bicicletas por su sala principal y a su esposo se le ocurrieron cosas divertidas como inflar un colchón de aire para que ellos salten sus pequeños.
A fin de poder continuar sus tareas escolares, Janeth creo un pequeño espacio de trabajo en su armario para poder escapar de sus hijos por unas horas cada día y cumplir con las tareas del trabajo.
Aunque a veces se les ha hecho difícil afrontar la situación de estar en un país extranjero durante esta pandemia, lejos de la familia y su sistema de apoyo usual, los Gutiérrez dicen que han hallado muchos valores así como las bendiciones por haber pasado más tiempos juntos.
Las regulaciones del aislamiento son diferentes en todas partes, dijo Janeth. “Las nuestras son más restrictivas, pero a pesar de todo, hemos sido bendecidos como familia. Este tiempo juntos nos ha acercado más”. Y aunque no desearía que nadie estuviera encerrado, ella dijo que es claro que el Señor los ha estado cuidando.
“Nunca he podido pasar tanto tiempo con mis hijos”, dijo Janeth. “Ha sido divertido simplemente verlos jugar o ver una película con ellos y poder apreciar este tiempo de calidad juntos”.
Como madre, dijo Janeth, “he sentido mucha culpa por cuánto ha aumentado nuestro tiempo de pantallas y porque nuestros hijos no están saliendo. Pero he tenido que aprender que esta es una temporada corta y que está bien dejar pasar algunas cosas y simplemente sobrellevar el momento. En verdad intento enfocarme en conectarme conmigo misma y expresar mis sentimientos”.
Aunque el aislamiento y el distanciamiento social pueden ser una adaptación difícil por lo general, las personas son bastante resistentes y parecen estar haciendo un muy buen trabajo de lidiar con eso.
Es difícil vivir en un apartamento y no tener un patio, pero aún hacen algunas caminatas al aire libre de vez en cuando.
Es enloquecedor no saber cuándo va a terminar todo esto, la incertidumbre del mañana les hace sentir ansiedad. Lo que más los ayuda a enfrentar esto es leer las escrituras. También meditar muy a menudo. Les encanta jugar juegos en familia y mirar sus películas favoritas. También hablan con amigos de vez en cuando por Zoom.
Y a veces, las cosas que no podemos controlar, pero que esperamos que sucedan, son cosas por las que vale la pena esperar.
Un domingo, las regulaciones que restringían la salida de los niños en Argentina fueron enmendadas para permitir que un adulto con un máximo de tres niños salga cada día durante una hora, dentro de un kilómetro de distancia de sus hogares. A los niños también se les permite llevar una bicicleta, un monopatín o un balón en sus breves salidas diarias.
Los niños estaban muy entusiasmados poder salir, aunque sea por separado y solo durante una hora, se sintió como una gran luz al final del túnel para ellos.
Comments